MI CUERPO/MI TEMPLO
Escoge la opción más correcta:
A. Don Jon, es la historia de un Sísifo contemporáneo cuya carga diaria es el consumo desmedido de pornografía.
B. Don Jon‘s Addiction es una de las comedias más originales de 2013 que planta cara a la psique masculina diseccionándola con honestidad. Cliché contra cliché.
C. Esta ópera prima guionizada, dirigida y protagonizada por Joseph Gordon Levitt le proporciona el salvoconducto al espacio de “estrellas-que-todo-lo-hacen” donde compartirá disertaciones de risis con James Franco, Lena Dunham o Shia La Beouf.
D. 88 minutos que mediante deshumanización afectiva denuncian la cosificación de la mujer: una película feminista por tanto.
Claroquesí, acertaste, la respuesta mucho más correcta es la C. Don Jon no es más que un relato de superación personal o aprendizaje cuya línea argumental no es la pornografía sino el rechazo al mito del amor y al sexo estereotipado para “liberarse de una puta 
vez”. Tampoco es pornográfico en el sentido en el que la clase media es subvertida temporalmente por lo sexual o por toda pulsión primaria, volviendo posteriormente a un estado de normalidad, sino que es un relato sobre la propia normalidad.
No es una película feminista porque el arco de transformación no se da
en ninguno de los dos personajes femeninos, los cuales, solo aparecen como arquetipos de mediación y enseñanza mientras que es Jon Martello el único que si logra evolucionar en su conflicto interior.
Salvada esta breve aclaración de los escollos contextuales que nada interesan para el análisis, voy a hablar de lo que sí tiene Don Jon, lo único que tiene, un primer acto maravilloso. Una experiencia visual que reta mediante el juego y el ritmo al espectador contemporáneo y con eso vas que te matas. Decía noséquiéncojones que “para 
que la alquimia ocurra en una película la forma debe incluir la expresión de 
su propia materialidad, y esa materialidad debe estar en comunión con la temática” y JGL lo consigue durante este primer acto. FUCK NO SÉ DE QUIÉN ES LA CITA.
A ver si en la próxima pasamos de los 19 minutos cari.
El cine comercial y el de vanguardia han dejado de operar en ámbitos diferentes, por suerte para la masa aletargada y por desgracia para el elitismo de autor. La función metonímica de los créditos, así como el despliegue de las marcas textuales que se ven durante toda la película agreden al clasicismo desde una 
posición moderada. La secuencia comienza con un montaje de imágenes de archivos televisivos y letreros minimalistas que se alternan en planos cortos de no más de tres segundos. La música sugiere una acción in media res y suaviza la asociación conceptual con las imágenes hasta una aceleración en el montaje para llegar al clímax sonoro y visual; leitmotiv de la película. Orgasmos embalsamados que proporcionan una estructura crónica y repetitiva pero no llegan a satisfacer el deseo de mirar algo que escapa.
Los créditos son todo un éxito; ya hemos visto Don Jon: las imágenes paródicas, animadas y sexualizadas dejan al descubierto los aspectos ficticios del argumento y los personajes. Hay comercialidad, comedia, consumo frenético y una narración reflexiva con el medio audiovisual que busca identificar las invenciones en la relación del cine con el cine.
La primera secuencia, presentación de personajes, tesis y detonante es un puto festival de dirección amateur y no por eso funciona peor. Suponemos que la respuesta pública al carisma (el de Joseph) no es simplemente un fenómeno estético sino a veces una simple réplica de ayuda y colegueo que nos interpela. Por eso la cámara no para un instante y en los pocos planos fijos que hay, los personajes están en movimiento.Incluso en los diálogos el plano contra plano es en movimiento, escorzandose hasta el limite en que saltar por corte o por 
barrido sin importar que llevarse por delante.
Si existen los recursos para hacer TODOS, y digo TODOS los planos posibles, ¿por qué no voy a hacerlos siendo un muchacho joven que se viste con corbatitas estrechas? Cenitales en desencuadre, travellings, montaje de escenas con asociación por identidad no lineales y un paralelismo en escalas de negros, grises y azules que representan su vida interior (apartamento, discotecas gimnasios) frente a los
colores cálidos del exterior (iglesia, familia, calles)
UN EJEMPLITO secuencial: panorámica en gran angular sentido derecho, contrapicado, picado, panorámica en sentido opuesto y primer plano (todo mediante encabalgamientos sonoros) sin anestesia de ningún tipo. Mediante narración delegada en el personaje principal, que varía de voz off a voz over según el ritmo del monologo, se produce un distanciamiento que transforma la historia en 
discurso.Un discurso subrayado por la falta de planos subjetivos y las cámaras autónomas que nos impiden identificarnos con los protagonistas.
Discurso textual :
M1 CV3RP0
M1 CA$A
M1 C0CH3
M1 FAM1L1A
M1 1GLE$IA
M1S C0L3GA$
M1$ N3NAS
M1 P0RN0 o lo que es igual CA$$H D1AM0N R1NG$ SW1MM1NG P00LS
Discurso sonoro–> El volumen ambiente se altera, se producen silencios donde los movimientos de manos y las campanadas de una religión a medida que
cumple una función de falsa liberación repican. Cajas registradoras, máquinas expendedoras o el sonido de la papelera de reciclaje con pañuelos de papel manchados de semen se repiten una y otra vez. El discurso de Jon encabalga el 70% del montaje.
El detonante en el primer acto surge del propio porno doblado en conversación transcendental entre el ordenador 
y Jon Martello plantendo una cuestión dramática cambiante. Aparece la idea de una posible relación real más allá del porno y el sexo ocasional y germina ante la negativa de Barbara (explosiva “cosa más bella que ha visto en su vida”) a acostarse con él. Los personajes están construidos sobre la incoherencia, en general, éstos deben competir por su singularidad, pero JGL utiliza con tal soltura el estereotipo y la economía expresiva que conforma personajes profundos a través de lo mediocre.
Él melancólico y ella colérica. ¿Acaso no es ese nuestro día a día digital? Comunicarnos a través de memes y estereotipos y atajos cognitivos dejando libertad a aquel que quiera para cuanto quiera entender.
El contexto de la película no crea historias de fondo en los personajes, solo existe la historia principal y una historia discursiva nada camuflada luchando contra la estructura simbólica del cine. Si a la mayoría de películas posmodernas les resulta atractivo trivializar lo cotidiano, esta película da un paso por devolverlo a su vulgaridad, pues en la actualidad como dice 
Jonas Mekas, el idiota es el único personaje a través del cual un poeta puede revelar la belleza de vivir.
Llegamos a la última secuencia del primer acto en que JGL no opta por un nudo de acción que desarrollar a lo largo del segundo, sino que de forma desbordada se lanza a su completa resolución con una fuerza estética que abandonará el resto de la película. NEÓNES literales y ¡¡¡A VER CUIDAÓ!!! que voy a hacerlo como en los créditos y la primera secuencia, porque soy así de AMERICANO y me flipa lo de la puesta en escena y el lenguaje bien clarito en primera base. ¿Dónde lo voy a hacer? En un cine ¿Cómo lo voy a hacer? Repitiendo mi precioso leitmotiv de orgasmo visual mediante montaje rápido de
imágenes esta vez con Barbara como protagonista. El sexo es mí falsa representación de la realidad pero la representación ficticia de Barbara es el cine. Este cine que es tan inmundo como el conflicto de deseo y amor con el que llevo mintiendo dieciocho minutos. Así que ahora, aquí, bajo esta luz y esta voz over de nuevo, bajo esta dulce música y este falso raccord de miradas, quiero que sientas el peso de todo el falso recorrido narrativo hasta donde te he traído. Siente cómo no solo quiero
escapar del sexo, la iglesia y el amor. Siente cómo quiero escapar del propio cine, de todas las instituciones sociales y todos los férreos cauces burocráticos.
Comencé mi película abriendo en negro, con un zoom y una panorámica en sentido izquierdo mientras te escupía palabras obscenas y hasta aquí: cierro mi película a los diecinueve minutos con una panorámica en sentido derecho un zoom y un fundido a negro porque no se me ocurre nada más obsceno que un beso a cámara lenta.
BMG
[1] Fragmento de la canción de DENA, Cash, Diamond, Rings, Swimming Pools.
[2]Subtitulado de la imagen de Scarlett Johansson, “I know it when I see it”, palabras pronunciadas por el Juez Potter Stewart en el caso de Jacobellis v. Ohio 378 U.S. 184 (1964). Se evaluaba si existía obscenidad en la película The Lovers.