no podemos volver a casa (1)

(a) nun perdiéramos entá les esperances de dominar la fame
entós les calles parecíen tan mortales

nota previa:

deb, tú sabes de sobra, pero no ellos, que hace unos meses voy reaprendiendo a pensar en cada nota de voz. esa especie de monólogos, donde completamos las ideas mutuas expandiéndonos de la forma más sencilla. mi pensamiento, por llamarlo de alguna forma, a priori caótico, semana a semana descubre nuevas expresiones o experiencias, a pesar de que esto me suponga una tensión constante frente a los impulsos contrarios. creo que probablemente no me habría complicado en pasar  jamás nuestras voces a escrito, de no ser por el chat del otro día.

y por ello estas cartas. por ello pasar de tú a vos/nos/otros, preguntar fuera de nuestras recurrencias (porque somos circulares siempre que discutimos) si estas dinámicas de placer y dolor nos son algo tan socialmente humano (cicatriz ineludible de nuestra historia) o, al menos, si como he sentido en estos meses cercana a Visual, son fricciones que creo leer en vuestra escritura. si os sentís también un poco como yo.

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(b)Madre vértigu, madre espantu que m’ocupes,
acueyi a esta to fía desolada y ciega, falta de cimientos,
güérfana de dioses y esperances.

barcelona, julio 2014:

prueba

somos circulares siempre que discutimos. por ejemplo, volvemos constantemente a la cuestión de si hay una actitud natural terrorista ante el “consumo cultural”. como cuando te pasé esta cita de H.M. Enzensberger. entonces comenzamos a hablar una vez más de la dinámica y en intentar explicarte lo extraña que me sentía ante mis propias actitudes, pude descubrir con claramente qué subyace en mi ansiedad.

en crudo, algunos fragmentos de lo que dije…

“ todo esto lo pienso desde hace mucho pero siento que en realidad lo estoy asumiendo ahora y es extraño (..) la contradicción en la que vivo, ¿vale? es una tensión CONSTANTE y bastante dolorosa : es un ponerme a prueba día a día en realidad, aunque suene un poco dramático, es así (..) un ejemplo que lo explica muy bien: soundcloud para mí es un espacio terrorífico por el simultáneo placer-horror, toda la experiencia disponible pero solamente en forma de disfrute, sin un archivo, sin un lastfm que te recuerde lo vivido, sin una biblioteca que aporte la seguridad que no da la memoria. la experiencia aquella de he vivido pero no puedo retornar (..) es el vértigo de lo virtual, de lo voluble y lo inestable que es todo, el miedo a que desaparezcan las imágenes archivadas, que el tumblr explote y la experiencia que he registrado yo allí y que realmente me constituye como quién soy se desvanezca (..) es una inseguridad lastrada a la misma indefinición del cuerpo que muta constantemente y que no permite acumular una historia (..) el pavor y la confusión que me embarga porque realmente siento que no hay una historia, que no hay nada estable, que no hay más que una sola imagen y una sola palabra dinámicas y mutantes pero que no tienen un destino (..) es la puta historia negada : realmente siento que el movimiento constante e inalcanzable paraliza las experiencias y las convierte todas en una misma recurrencia absurda…”

estas inquietudes que más de una vez hemos compartido pero que, al proyectarlas sobre mí misma, especulan mis peores facetas, devolviendo en distorsión el reflejo aberrante:

complementosunclud

¿PUEDO TOCARLAS? ¿PODÉIS VOSOTROS? ¿HAY ALGUIEN FUERA QUE SIENTA ESTE PASMO?

….

esta es la gran duda. cuando hablábamos de todo esto sonaba una canción del pop más rancio en mi cabeza, repitiendo si algún día me voy, ¿tú me seguirás? pero sé que sólo con la mirada. pista dos de un disco cuyo título es, valga la ironía, “no podemos volver a casa”. irónico, ya que siempre he sentido mi relación con cierta música como intentos tozudos de refugiarme en familiaridades melódicas, en frases conocidas, imágenes que se hagan casa.

 pienso todo el rato en las clases con Nora Catelli a las 8.30am, cuando hablaba despectiva del lector bulímico, consiguiendo que la pregunta que te hice (“¿es ésta una dolencia comunitaria?”) se respondiera negativamente. lectores conservadores inmaduros obcecados que necesitan acumular sin filtro y de una forma paralizante y contenedora.

al reflejo aberrante de mi personalidad compulsiva-acaparadora, sin aprender a relajarme del todo si el verbo es TENER.

por tanto, aunque digas que es patología generacional, no puedo evitar la duda, desmentir la generalidad ya que esta sensación es idéntica a lo que me reverbera el cuerpo, a la potencia insumisa de una piel que muda a cada segundo, en la que el descanso no es posible puesto que el reconocimiento nunca llega.

12

¿SON MEMORIA MIS ESTRÍAS CUANDO AMANECEN DÍA TRAS DÍA MUTADAS?
¿QUÉ CLASE DE OROGRAFÍA DEL DOLOR ES ÉSTA QUE DESMIENTE SU PROPIO CERTIFICADO?

3

por ello siempre una cierta tristeza, mismo extrañamiento y misma ¿desesperación?, que no permiten la contemplación la escucha la lectura el tacto sereno, que (me) arrastran nuevamente a un frameo brutal, a una necesidad de materia firme donde pueda posar (mi) historia.

 

(b) Madre povisa, madre desaniciu que me pariste nel ermu
del mundu habitáu,
bendiz a esta to fía, perdida y silente,
triste como nadie ente los tristes.

(me sé rota sobre un abismo impalpable)

TAM1TAM2

(b) Fía soi de l’abondosa tristeza del to vientre abultáu
–acasu nun me reconozcas– y de la sombra margurienta
d’una casualidá mayor que’l mundu;

tenemos una ilusión en la mirada de perdurabilidad, de que la imagen es, de hecho, frameable, olvidando que para que nos acontezca es imprescindible que esta imagen no sea más que una ráfaga de fragmentos infinitesimales, polvo, nada. supongo que es el juego de la ficción, imaginar duración ahí donde no hay más que fantasmas.

MARKER1

un juego conscientemente falaz con la inmortalidad, en unas imágenes fijas, un puerto. y, al menos yo, tantas veces me he visto acudiendo a la vida como acudo a estas ficciones, bajo un inicuo espectro de totalidad. creerme las mutaciones como una efigie congelada, sujeta a una razón trascendente que dota de sentido a cada forma. pero si el cuerpo se sucede como las visiones, si el contacto con otra piel sólo es confluencia instantánea de fracciones, píxeles infinitesimales en fricción, ¿por qué me empeño en perpetuar una lógica de muerte? ¿por que insisto en asesinar lo vivo, el cine entre mis brazos?

inmortalidad difunta hermana, eres imagen fija, captura de pantalla, porque no devienes.

pero esto no es amor, es teología y, sin embargo, no sé si puedo (o podemos, todos) prescindir en caso alguno de ese horizonte mortífero. no sé hasta qué punto perderíamos el juicio definitivamente al obsesionarnos, como yo temo hacerlo, con los espejimos. y es cierto que amamos ficciones que no son verdes pero verdean[*], pero no es necesario hincar con la razón esta certeza, detonar el encantamiento de lo orgánico.

BEAUGIF

 hace poco reflexionaba sobre esto con voz optimista, creyéndome capaz de acudir al amor al cuerpo a la experiencia en la pura dinámica. pues soy perfectamente consciente y me maravillo en lo sincontorno, en el transcurrir que es naturaleza sustancial. hoy no estoy tan segura. no porque no crea posible romper al fin con los marcos convencionales que nos atan la vivencia. de hecho, nunca habíamos podido como ahora amoldar el acercamiento gracias a la plasticidad de los nuevos medios. pero yo me siento aún en una bulimia consumista que no entiende lo rídiculo del sentirse “en desamparo”, de salir con la esperanza de hallar hogares estables y compensar la falta con un frenesí autolesivo. siento que esto no es una cuestión que compartamos toda una generación. puede que los sentimientos de base sean comunes, pero casos como el mío confirman que hay un conservadurismo anclado aún en algunos (¿muchos?) en nuestro entorno. al menos me alegra que ellos no sean tan circulares y no condensen estas cargas de ansiedad.

(SOBRE UN ABISMO IMPALPABLE
pero único pasto mutante a mi materia)

(c) Close up to me, up close to my anatomy
Close up to me, up close to my autonomy

al fin y al cabo siempre una misma
maravillosamente insufrible contradicción:

TYATS

 

(b) esta soi yo, to fía, crecida como ríu,
como sede na garganta, que grita y torna p’hacia ti’l so rostru.

 pese al titubeo confío en que la serenidad me llegará, tarde o temprano. de alguna forma, al hablar con vuestros textos estos meses me he sentido como rara vez, tan próxima al sentimiento y al tiempo tan ajena. pero me ha supuesto aliento firme, un reflejo, ahora saludable, de cómo la mirada puede fragmentarse aun sabiendo su fantasmagoría. el aprendizaje desde aquí es pausado, pero ya, de cuando en cuando, puedo sentir cómo me deslizo desde el mal goce a un placer fértil.

ARDEMOS

non perdiéremos entá les esperances de desatar la fame. siento no decir nada nuevo. pero el pensamiento ahora sólo se me escribe como las notas de voz, descompuesto y sin mesura. no quiero cerrar definitivamente esta carta, pero he hablado demasiado y debo despedirme.

(a) la mañana asomaba frayándonos la boca
tintándote los llabios de azul

 

os abraza,

BlancaP

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-las citas [a], [b] y [c] corresponden, respectivamente, al poema “Madre povisa” de Esther Prieto, las primeras estrofas de “Al oeste de la divisoria” de Mus, y “Corporeal”, Broadcast

-[*]“Es necesario que una imagen se transforme al contacto de otras imágenes como un color al contacto de otros colores. Un azul no es el mismo azul al lado de un verde, de un amarillo, de un rojo. No hay arte sin transformación”. Robert Bresson, Notas sobre el cinematógrafo

-las imágenes reciclan (la asociación no es relevante) los trabajos de Louis Malle (Le feu follet, 1963), L’abecedaire de Guilles Deleuze, Gregory Markopoulos (Twice a man, 1964), Ben Rivers (Two years at Sea, 2011), Chris Marker (La Jetée, 1962), Rino Stefano Tagliafierro (Beauty, 2014), Stan Brakhage (Dog Star Man, 1964), Hollis Frampton (Zorn’s Lemma, 1970), diversos desnudos de mirada masculina (?), desnudos y autorretratos de Suzanne Valadon, estallidos de Monique Orsini y una amapola de Ellsworth Kelly

-gracias a E.P. por las citas (en rojo) a sus relatos