Apropiaciones
Volvemos a las mismas películas.
No por el deseo de volver a ver la misma historia ni porque queramos luchar contra el desgaste de nuestra memoria. Simplemente regresamos a algunas para retener imágenes que nos han capturado: gestos, miradas y movimientos que han trascendido a la trama y que han adquirido valor propio. Nuestra imaginación empieza a jugar con ellas, a mezclarlas con otras, a usarlas caprichosamente, a crear nuevas historias.
Podemos ver lascivia en la santidad y pasión consumada en los gestos de desfallecimiento. Un roce aparece ante nosotros como el destello que promete infinitas posibilidades, próximas o alejadas a lo que se nos ha narrado. Es ahí cuando podemos hacer que se manifiesten otros mundos latentes en ellas. Nos convertimos en ladrones y a la vez en creadores. Nos apropiamos de instantes vorazmente y jugamos para cultivar un territorio salvaje: el de nuestro imaginario personal. Esta serie de imágenes junto con los textos y sonidos que las acompañan son fruto de esta exploración, como tantas otras lo fueron antes, quizás como lo son todas en definitiva.
I
Ahora que estoy marchita, vuelves como una mala memoria.
Descarnado, te muestras y yo acudo dispuesta al combate.
II.
Recuerdo la primera ignición en su mirada. Cuando mi piel no era más que un envoltorio transparente que en silencio atesoraba cada gesto: las contracciones de las comisuras de sus labios al hablar, un roce accidental, una conversación casual. Es el filo de la navaja que deseas lamer.
III.
Entonces él desapareció y salí a buscarlo. No sé cuánto caminé pero el tiempo pasó rápido: sin él ya no contaba. Mi cuerpo no era más que una fractura efervescente, entre el hielo y las brasas.
IV.
Y caí, caí muy hondo. Cerré los ojos y pedí arder.
En el abismo volví a encontrarle.
Mariana Freijomil
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[Nota]: Las imágenes empleadas en este texto pertenecen a La noche del cazador (The Night of The Hunter, Charles Laughton, 1955); Giotto di Bondone; David Lynch; Caspar David Friedrich; Documentales: La odisea volcánica, los volcanes más mortíferos;
[Nota2]: Las canciones son un diálogo entre Visual404 y Mariana Freijomil, siendo la primera nuestra y la segunda de ella y así sucesivamente.