Cuentos remezclados para amantes II: Menú para una muerte sabrosa
A veces el tedio y la monotonía se apoderan de las parejas; matrimonios curtidos en años de resentimientos y silencios. Hay ocasiones en las que los jóvenes amantes se baten en duelo armados con traiciones y engaños. Las menos, eligen toda una vida de contemplación alejada de tentaciones carnales. Para todas ellas presentamos este suculento menú, cuya cuidada selección de sabores mortales esperamos que les resulte de su agrado. Así pues, elijan de entre sus platos, sigan la receta y procedan a degustarlos.
Bon appétit!
MENÚ PARA AMANTES DE UNA MUERTE SABROSA
(“Qué pacífica sería la vida sin amor, Adso. Qué segura, qué tranquila y qué insulsa”)
ENTRANTES
Pezones lácteos en su jugo de hiel (amargo)
o
Pechugas al limón con poché de voyeurismo (ácido)
Selecciónense dos amantes. Despelléjelos de toda su pasión y reserve. Con una cucharilla de café extraiga las córneas y los pezones femeninos y macere en leche fresca (“En los ojos de cada mujer puedo ver el reflejo de la siguiente”). Diseccione su bilis y saltee a fuego vivo, incorporando los aromas profundos del recuerdo de un amor. Incorpore a la mezcla los ingredientes anteriores. Sírvase en un barco frente a una pareja tierna e insulsa, la noche del último día del año.
Si los amantes seleccionados son ya un matrimonio decrépito, recomendamos entonces procurarse de una mujer de carnes prietas a la que espiar desde la ventana. Ella misma enjuagará su escote en una mezcla de agua y limón, en un erótico ritual de cadencia afrancesada. Repetir el proceso tantas veces crea necesario para liberarse de su humillante realidad conyugal.
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PRIMER PLATO
Páginas prohibidas flambeadas en veneno consagrado (amargo)
o
Gnocchi incestuosos sobre un fondo de naranjas de venganza (ácido)
Bañe en arsénico la esquina de cada página del Tratado de la risa de Aristóteles.
Establezca un entramado eclesiástico de prohibiciones, culpa y castigos. Deléitese en los placeres carnales. ¡Penitenciagite, penitenciagite! Castigue el cuerpo para salvar el alma. Flambee al estilo Inquisición española. Rechace el amor terrenal por el amor divino. “Porque hallé más amarga que la muerte a la mujer cuyo corazón es lazos y redes, cuyas manos son cadenas. El que agrada a Dios escapará de ella. El pecador será apresado”. Sirva durantetoda su vida.
Si la degustación de este plato le resulta demasiado amarga, pruebe con los gnocchi ácidos (el desenlace viene a ser el mismo). Seleccione a la prima más sosa de su familia. Elabore los gnocchi a mano entre pulsiones de deseo y ambición. Añada una dosis elevada de traición y vendetta. Elabore un fondo de naranjas sicilianas. La muerte llamará a su puerta y hará el resto. Se recomienda servir con un intermezzo sinfónico adecuado.
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SEGUNDO PLATO (salados)
Cocido madrileño a base de garrotazos al jamón
o
Secreto ibérico a la esencia de ajo y tortilla de patatas
Prepare un caldo con la paletilla de un jamón, base fundamental para la elaboración de una buena muerte ibérica. Previamente sofría unos ajos, un buen par de cebollas tiernas y unas patatas. Para que la base agarre, se recomienda comerse una teta castellana con regusto a todo
lo anterior. Use la paletilla como arma contundente – garrote a poder ser – bien para asesinar al marido, bien en una lucha fratricida de tinte goyesco. Añada el jamón, jamón.
Emplate al gusto sobre un lecho de maltrato, estereotipos y una pizca de humor negro.
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POSTRE (agridulces)
Mousse de labios azucarados en un lecho de apariencias y engaños
o
Sorbete tibio de hemoglobina con gotas de inmortalidad
Disponga a su amante bajo una tormenta de azúcar y bañe sus labios en el glaseado. Incorpore en secreto una buena dosis de mentiras, frustraciones y manipulación mutua. Trabaje la mezcla durante aproximadamente cinco años. Deje reposar a temperatura ambiente. Emplate a gusto de la prensa y saboree: “¿Qué nos ha pasado? ¿Qué nos hemos hecho el uno al otro?”
El éxito de esta elaboración reside en dar con las medidas apropiadas de los ingredientes, de modo que solo los amantes sobrevivan. Solo ellos lamerán sus heridas deleitándose a cada sorbo. Así nos aseguraremos un romance sólido más allá del amor, del odio, de la vida y de la muerte.
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Nota: Si usted es un hombre soltero y no tiene con quien disfrutar de este menú, deguste directamente un buen vino de bayas mezclado con arsénico, estricnina y “una pizca de cianuro”. Se recomienda la cosecha que las tías Abby y Martha ponen amablemente a su disposición. Porque, al fin y al cabo, Adso, ¿qué es la vida sin amor? ¿Qué es la muerte sino el final de su búsqueda?
Andrea Aisa Vega
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Sonoridad del texto: Stefano Ruggeri
Referencias visuales y textuales: Lunas de hiel (Bitter Moon, Roman Polanski, 1992), Atlantic City (Louis Malle, 1980), El nombre de la rosa (Der name der rose, Jean-Jacques Annaud, 1986), El Padrino. Parte III (The Godfather. Part III, Francis Ford Coppola, 1990), ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (Pedro Almodóvar, 1984), Jamón, Jamón (Bigas Luna, 1992), Perdida (Gone Girl, David Fincher, 2014), Sólo los amantes sobreviven (Only lovers left alive, Jim Jarmusch, 2013), Arsénico por compasión (Arsenic and Old Lace, Frank Capra, 1944), Duelo a garrotazos (Francisco de Goya, 1819 – 1823)
Referencias sonoras: Slave to Love (Brian Ferry, 1985) Aria – Casta Diva – Norma (Bellini, 1831) Main title – Der name der rose (James Horner, 1986). Intermezzo – Cavalleria rusticana (Pietro Mascagni, 1890) La bien pagá (Ramón Perelló y Ródenas, 1930) Extasi extano (Chimo Bayo, 1991) What have we done to each other, Sugar storm, Hidden track (Trent Reznor & Atticus Ross, 2014) Funnel of love (Jozef van Wissem, SQÜRL, 2014)