Lecturas en el museo

Caminamos por los pasillos de los museos sabiendo que al cruzar la siguiente esquina nos enfrentaremos al abismo de los objetos e imágenes del pasado. 

Podemos optar por dejar que la voz modulada de la audioguía nos lleve de la mano a través de las pinturas, los gestos, los títulos a veces rimbombantes, el orden cronológico y otras etiquetas que descifrarán las imágenes lejanas, aportándonos seguridad y alivio.

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Hacen falta pocos minutos para descubrir como la mente traiciona y de repente reconocemos los labios que deseamos en un bodegón de Caravagio, comparamos las caderas de la mujeres de Rubens con el último catálogo de bikinis que hemos ojeado la tarde anterior o pensamos en lo estético que puede resultar el derramamiento de sangre cuando lo vemos fuera de un telediario.

El cine ha sabido reflejar esa experiencia mental que supone asomarse a los objetos del pasado desde los comentarios susurrados de los visitantes de las galerías, adentrándose en cómo la obra nos devuelve nuestra mirada para retratar tanto las pasiones y angustias del pasado como las del presente, las nuestras.

Así proponemos lanzarnos a este torbellino donde nuestra mirada y voz transforman la visión del pasado en reflejo de nuestras propias búsquedas y deseos.

I. Guido Reni. Rapto de Deyanira. 1621. Musee Louvre, París. Francia 

II. Tiziano. Venus de Urbino. 1538. Galleria degli Uffizi, Florencia. Italia

III.  - Jean-Auguste-Dominique Ingres. Bañista 1807 . Musée Bonnat, Bayonne. Francia

IV. Guido Reni. Matanza de los inocentes. 1611 Pinacoteca Nazionale di Bologna, Bologna, Italia

 

Mariana Freijomil

 

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